
(Cliquez sur l'image, elle s'agrandira)
Auteure/Escritora: Tisseuse de mémoires de la Patagonie aux Balkans (récit)/ El Hilo del Medio (narrativa) Le livre de Carmen (roman)/ El Libro de Carmen (novela)/ Cuatro entraron al paraíso (narrativa)/ Le rêve et la chute (Récit)/ Piedras Blancas (novela)/ Los Cuervos de Piedras Blancas(teatro)/ Isabel, fille du vent(théâtre)/ Isabel, Hija del viento (teatro).
Que el idioma desconocido no te amedrente. Bajando por la columna de la izquierda, después de mis libros y antes de otras rúbricas, se pueden leer textos míos. Algunos están en castellano, otros en francés, otros en ambos idiomas.
N’ayez pas peur de la langue inconnue. En descendant par la colonne de gauche, après mes livres, après les critiques, et avant d'autres rubriques, il y a des textes que j'aime partager. Ils sont tantôt en français, tantôt en espagnol, tantôt dans les deux langues. Je ne sais pas faire autrement.
espaces Latinos, une belle association, ouverte sur le monde, un pont entre les sociétés et cultures d’Amérique latine et de
Marián Duran au centre (photo de Céline Ebersviller)
Ma dernière rencontre s'est passée au Centre de Recherches Latino-américaines - Archives de l'Université de Poitiers, le CRLA, que je ne connaissais pas, et où j’ai été invitée à présenter mes livres devant des chercheurs venant de nombreux pays, lors d'un colloque passionnant sur les métissages, .
De la autora María London Ril editores presenta:
El Hilo del Medio
Chile, nación patiperra, de raíces repartidas en lejanos continentes. Por la venas nos corre el bichito de explorar lo hay detrás de la Cordillera. Como muy bien apunta María London "la sangre latinoamericana no es sólo una mezcla a proporciones variables de sangre española e indígena, sino también de muchas otras que no deben olvidarse". ¿Pero qué es lo que ocurre cuando se extraña la Patria, cuando hacen falta en la cara los fríos de los vientos australes, cuándo se intenta descubrir la historia de esa suma de historias que hacen de uno lo que es? Esta es la historia de la familia de una mujer que tras el seudónimo de María London, se acerca mediante la palabra escrita a lo más profundo de sus raíces.
Antes de que una María London firmara este "El Hilo del Medio", hubo una María Isabel Chenin -es su apellido de casada- en la ciudad francesa de Grenoble, que quiso investigar la historia de su familia. María Isabel Mordójovic, su nombre de bautismo, es una chilena magallánica de raíces ruso yugoslavas que un buen día se enamoró de un matemático francés -profesión que comparte- y emigró al viejo continente, realizando la ruta inversa de sus antepasados.
Al contraer matrimonio en Francia, sus apellidos fueron reemplazados por el de su marido. Este permute contribuyó a que sus identificaciones patronímicas originales, cargadas de historia, fueran quedando en el olvido, de manera que sus hijos crecieron casi sin conocerlos.
Constatando que día a día sus raíces se esfumaban un poco más, María decidió dar una lúcida mirada hacia atrás y rehilvanar una historia gestada en el confín del mundo. La historia de sus antepasados, una cargada de misterios y magia que empezaron a develarse gracias a una búsqueda en Internet que dio como resultado no sólo un hallazgo parental, sino el inicio de una relación que abriría definitivamente la senda de su propia búsqueda de la identidad; no cualquiera identidad, la suya, la de sus padres, la de sus abuelos.
En el camino de las autobiografías, todo lo que se pueda contar es poco; en el de la búsqueda de Maribel, María Isabel, la ruta está marcada por una gran cantidad de sucesos mágicos, de encuentros cargados de una emoción profunda, que ciertamente es traspasada al lector a través de cada una de las páginas a las que, como autora primeriza, da vida.
El encuentro de Darko, Claudette, Gaviota y la cantante brasileña, son sólo algunos de los hitos; la presencia de las tías, la que le obsequia en vida y tras la muerte esos anillos que le hablan de tanta vida que no hay que olvidar, la de su madre, la voz potente del padre; tanto hilo en la madeja de su historia.
"El Hilo del Medio", no es sólo una biografía novelada, no es únicamente la búsqueda de ese sentido que requiere la autora para explicarse a sí misma, para darse a conocer a sus hijos, para comprender a sus padres y su familia toda, más diría que el hilo del medio se refiere al esternón de Maribel, sí a su esternón; a su esternón partido de arriba abajo, para que dos manos separen sus costillas y se vea todo lo que es ella en carne viva. Leer "el Hilo del Medio" es por sobre todo, leerla a ella, sus miedos, sus pasiones, sus ansias, sus deseos de pararse en la tierra con la absoluta certeza de saberse entera.
Dijimos ya que Maribel Chenin es autora primeriza, y cabe destacar que ciertamente eso le aporta doble mérito a este libro, pues no sólo resulta fascinante en cuanto a sus hallazgos, e interesante en lo que se refiere a la construcción y presentación de aquellas cosas que generan una identidad y una historia austral -del Chile austral-, sino que además, agradable y profundo en su lectura; hay aquí una buena construcción dramática, un efectivo manejo de los tiempos y una escritura simple, pulcra y bella.
María José López Pourailly
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(Après avoir mis en ligne mon texte « L’autre », l'idée m'est venue de partager cette ancienne présentation concernant un autre aspect de « l'altérité »)
– Ce que je vais te dire, n’est pas facile à expliquer. Nulle-part je ne me sens à ma place. Le fait d’être chilienne et de vivre en France m’autorise à ne pas être obligée de justifier, devant les autres, mes nostalgies, ma tristesse. Tout le monde considère ici qu’il est légitime que j’éprouve de la nostalgie. En revanche, si j’étais restée au Chili, qui pourrait comprendre mes états d’âme lorsque la mélancolie s’empare de moi ? Comprends-tu ? La mélancolie m’habitait déjà au Chili, bien avant que je ne le quitte. D’une certaine façon, j’étais déjà une étrangère avant ma naissance. Ou, tout au moins, à partir du jour où j’ai quitté Punta Arenas. Ici, je suis vraiment étrangère et cela me donne la liberté dont j’ai besoin pour être plus à l’aise. Ici, je peux être moi-même, sans que personne ne considère ma manière d’être comme anormale. C’est comme si j’étais parfaitement déracinée, alors qu’au fond, je me trouve mieux ici que nulle part ailleurs.
Une fois, des années auparavant, je l’avais ramassé dans la rue, malade à en faire peur. J’avais fait alors la seule chose que je savais avec certitude qu’il aimait de moi : je lui avais préparé un mets très délicat et le lui avais servi. Il s’était traîné jusqu’à l’assiette, avec un immense effort, je le vois encore ; et puis, à mon grand soulagement, avait fini par ingurgiter plusieurs bouchées. Je m’étais dit que si je réussissais à éveiller sa gourmandise, le désir de vivre l’emporterait ; je ne m’étais pas trompée.
Je croyais qu’il avait tout oublié de cet épisode, jusqu’à ce jour, après une longue période d’absence, où il est venu pour la dernière fois. Ce fut à cette occasion, alors que son geste ne pouvait m’obliger à aucune gratitude, notre relation désormais libre de tout lendemain, qu’il me fit le cadeau extraordinaire de s’offrir à mon regard. Ses yeux brillaient d’une étrange profondeur et exprimaient sans mots, sa propre et éblouissante vérité. Il n’attendait rien, même pas de la compassion, il était bien au-delà, l’imminence de sa mort était évidente ; ce qu’il voulait m’offrir, et je l’ai senti avec force, c’est que je sois le témoin de toute sa grandeur.
Après, il est descendu du fauteuil où je l’avais installé, et il a demandé à quitter ma maison. C’est avec des larmes aux yeux, que je l’ai vu s’éloigner dignement sur ses pattes de velours.
Je ne comprends toujours pas que sa disparition m’ait autant affectée. Ses maîtres ne l’ont jamais retrouvé.
Par bonheur, après lecture de mon message ci-dessus, Cyril Dépraz en personne, m’a adressé une nouvelle injonction :
La poesía se murió. El Papa ya se está pudriendo en su tumba. El amor es más fuerte dijo, y
Que ya no se puede soñar, porque los sueños de los pobres terminan siempre en pesadillas, con fusiles de generales que se llenan los bolsillos, y como ya no les cabe más, reparten los dineros en cuentas ocultas en bancos de los gringos que los apoyaron en su sucio trabajo. Que ya no se necesita generales, les salen muy caros a las multi(nacionales), y ahora ya no vale la pena, porque igual hacen lo que quieren, el mundo entero les pertenece, amén. Que el Papa quizás era bueno, pero conocí a muchos que amaban al Papa y al General y que tenían, o tienen aún, ambas fotos colgadas en los muros, de uno y otro, los dos santos chilenos de fines del XX y de principios del XXI.
Criminal resulta despertar sueños, pensar en la justicia resulta peor: los que pagan siempre son los mismos, viviendo más y más abajo, mientras los otros comen más y más arriba. Y todo tan natural! Esto no tiene nada que ver con la poesía, pero es que no sé de dónde inventarla, y no sé si la poesía es cosa buena o peligrosa, que quizás sea subversiva, que mejor se quede allí donde está, muerta para siempre.
Santiago, 15 de abril 2005
Imaginer, oser, s’aventurer, écrire un mot, puis un autre
s’exposer, se livrer, inventer, jouer, se cacher, se dire.
Dire les autres, dire la vie, dire le monde, dire la femme
confondre réalité et désirs, dire le pays, dénoncer, crier,
rire aussi, ne pas s’en priver, ridicule parfois, et alors ?
Naissance d’un livre, fragilité, peur, joie, attente,
parution, s’en séparer.
L’histoire de cette famille qui ouvre la voie de la relève, de la descendance, attentive au regard des arrière-grands-parents, va permettre à Maria London le retour à une autre recherche viscérale, route d’espoir, pour refonder une liberté perdue. Chaque pas dans le présent est, à sa manière, un brin de ce fil premier, dont le passage d’une main à l’autre, est action parallèle à celle d’Ulysse, qui aspire à récupérer son Ithaque tandis que Pénélope tisse et défait quelque chose qui est aussi lange et linceul. Et un espace où se rejoignent les lignes des descendances. Le fils est toujours, et dans ce cas encore, le père qui revient.
D’allées et venues sont faites toutes les vies. Le regard des autres opère en même temps avec ceux de la dernière génération. Il n’y a pas de bout de fil en l’air. Tout acte est, dans les familles, un processus de fondation constant et rénové. Et au cours du texte, de façon directe, nous pouvons passer de la famille au pays physique et métaphysique. Les vents, les navigations – qui sont des formes de retour – nous obligent à ne pas négliger nos souvenirs. Pour cette raison, remercions la merveille de ce monde du premier jour de
Frère de vent
Sens-tu cette brise qui nous caresse?
C’est le vent austral qui vient nous consoler.
Sa brise est douce car elle vient de très loin,
elle est épuisée de tant voyager.
Frère de vent ne pleure pas,
il est toujours temps d’espérer.
Perçois-tu cette lumière qui nous réchauffe?
C’est le soleil austral qui vient nous consoler.
Sa lumière est pâle car elle vient de très loin
elle est épuisée de tant éclairer.
Frère de terres lointaines ne pleure pas,
il est toujours temps d’aimer.
Entends-tu cet air qui nous berce?
C’est le chant de notre terre qui vient nous chercher.
Sa voix est légère car elle vient de très loin
et nos frères sont épuisés de tant nous appeler.
Frère d’exil ne pleure pas,
il est toujours temps de rentrer.
Hermano de viento
Es el viento austral que nos viene a consolar.
Su brisa es tenue porque viene de muy lejos,
y está cansada de tanto viajar.
Hermano de viento no llores,
aún es tiempo de esperar.
¿Ves la suave luz de este día?
Es el cielo austral que nos viene a consolar.
Su luz es tenue porque viene de muy lejos,
y está cansada de tanto alumbrar.
Hermano de tierras lejanas no llores,
aún es tiempo de amar.
¿Oyes esta música que nos arrulla?
Es la voz de nuestra tierra que nos viene a buscar.
Su canto es tenue porque viene de muy lejos
y nuestros hermanos están cansados de tanto llamar.
Hermano de exilio no llores,
aún es tiempo de regresar.
El día en que el hombre deje de explotar al hombre
el día en que el hombre deje de mentir al hombre
el día en que el dolor de uno sea el dolor de todos
el día aquel está lejos de llegar
pero tú, poeta de la bondad
te empecinas en ignorarlo.
El día en que el festín sea para todos
el día en que el baile sea entre todos
el día en que el calor sea igual bajo todos los techos
el día aquel aún no ha llegado
pero tú, poeta de la hermandad
te regocijas de celebrarlo.
El día en que la paz sea por doquier
el día en que todos los niños canten rondas
el día en que el amor sea verdad
el día aquel no sé si llegará
pero tú, poeta de la utopía
te embriagas con soñarlo.
Le jour où l'homme aura cessé d'exploiter l'homme
le jour où l'homme aura cessé de mentir à l'homme
le jour où la douleur de l'un sera la douleur de tous
ce jour-là est loin d'arriver
mais toi, poète de la bonté
tu t'obstines à l'ignorer.
Le jour où le festin sera pour tous
le jour où le bal sera entre tous
le jour où la chaleur sera la même dans tous les foyers
ce jour-là n'est pas encore venu
mais toi, poète de la fraternité
tu te réjouis de le fêter.
Le jour où la paix régnera sur la terre entière
le jour où tous les enfants feront des rondes
le jour où l'amour sera vrai
ce jour-là, je ne sais pas s'il arrivera
mais toi, poète de l'utopie,
tu t'enivres à le rêver
El último sueño
La mujer de pelo corto y gris se detuvo un largo instante. Algo extraño sucedía dentro de ella desde el día en que había descubierto la pequeña puerta en el desván del tiempo. Era presa de un gran cansancio y adivinó que si no lograba hacer lo que debía, su mal no tendría remedio, su vida sería vana y moriría dentro de poco tiempo.
Fue a visitar a su amiga la curandera, quien le dijo que debía pedir consejo a los cuatro sabios. Pero su amiga la curandera no supo decirle quiénes eran los cuatro sabios. Fue a visitar a su amiga la maga, quien le dijo que debía descubrir los cuatro reinos, pero su amiga la maga no quiso decirle dónde quedaban los cuatros reinos. Fue a visitar a su amigo el bueno, quien le dijo que debía consultar no a cuatro sino a catorce sabios, descubrir cuatro reinos y narrar un cuento eterno. Pero ni una palabra más afloró de sus labios resecos.
No sabiendo qué hacer para dar con los cuatro o catorce sabios, ni para encontrar los cuatro reinos y sabiendo que pronto iba a morir, decidió ir a despedirse de su lejana tierra natal y de todos los suyos. Recorrió con tristeza su amada tierra observándola como nunca antes la había observado y rindiendo visita, que quiso ritual, a cada uno de sus antepasados. Escuchó la historia del bisabuelo que se fugó de las Bocas del Cátaro a los catorce años embarcando en el primer barco que pasó, recorriendo el mundo hasta salvarse milagrosamente de un naufragio y adoptando como nuevo hogar el puerto donde su balsa acostó. Escuchó la historia de la bisabuela emigrante dálmata que debía desposar un desconocido pero que impulsada por un inesperado amor se fugó como una pasionaria montando en el caballo de su flamante amado. Escuchó la historia del confín del mundo que era su tierra y de los seres míticos que la poblaron cuando el universo conocido aún no existía. Escuchó la música del viento austral y los gemidos de los aborígenes sin voz. Escuchó la historia de los antepasados que huyeron de Rusia y pudo entender sus tristezas. Escuchó cómo los descendientes de unos y otros se unieron en nuevos amores y en nuevos dolores. Anotó cuidadosamente en el pequeño cuaderno que llevaba siempre consigo lo que cada cual le narró así como todo lo que ella misma observó y entendió. De regreso de su viaje se recostó pues el cansancio era aún más pesado de llevar y sentía que la muerte estaba harta de esperar.
Al quedarse dormida, la sensación extraña que había tenido ya en otras oportunidades se hizo más intensa que nunca, sentía que su cabeza iba a estallar. No es que le doliera, era otra sensación para la cuál carecía incluso de un nombre. Era como si una gorra de goma, de esas que usan las nadadoras de competición, le apretara la cabeza de manera insoportable, pero no tenía puesta ninguna gorra, era su propio cuero cabelludo y su pelo blanco que le oprimían hasta el alma de una manera imposible de describir, la oprimían desde adentro. Era como si la cabeza fuese un vientre que iba a dar una miríada de seres a luz, seres que pujaban por nacer sin hallar la forma de hacerlo. Llegó el momento en que sucedió lo que tanto temía pero que no había ni de lejos imaginado cómo ocurriría : su cuero cabelludo con su pelo blanco se despegaron de golpe de su cabeza tal un gorro de piel expulsado a lo lejos con fuerza. Estaba de pie. Sintió en ese instante una gran liviandad. Una sensación de placer desconocido la envolvió, su sorpresa y alegría fueron inmensas. Entonces se produjo el inesperado milagro: una cabellera nueva, negra y frondosa, nació de su cabeza y se puso a crecer a una velocidad asombrosa. Los cabellos brillantes y hermosos empezaron a derramarse por sus hombros, a cubrir las ondulaciones de su espalda, de su vientre, de sus nalgas, de su sexo. Siguieron creciendo cubriéndole voluptuosamente todo el cuerpo, rodeando amorosamente sus pies y cubriendo el pasto del jardín donde se encontraba. Sintió de pronto que ella era una fuente de vida, que la fuerza vital simbolizada por sus cabellos emanaba de ella irrigando la tierra entera de flores, de cuentos y de memorias perdidas. Supo entonces que la curandera tenía razón y que los catorce sabios eran los catorce antepasados que había ido a visitar. Supo entonces que la maga tenía razón y que las tierras lejanas de los ancestros y su añorada Patagonia eran los cuatro reinos que conducían a los cuatro puntos cardinales. A medida que las historias se entremezclaban su pelo seguía creciendo e iba cubriendo la tierra toda y el tiempo todo. Y entonces supo que su amigo el bueno también tenía razón, había narrado un cuento eterno. Un sentimiento de gratitud la invadió, había logrado transcribir en su cuaderno el canto de vida que vibraba en ella desde tiempos inmemoriales, su historia no era sólo la suya, ni la de su familia, sino la de todos los seres, de todas las razas, de todos los tiempos y de todos los reinos.
Al día siguiente su familia encontró el cuaderno abierto al lado de su cuerpo inerte. Una sonrisa le iluminaba el rostro y una larga cabellera negra cubría el lecho.
Grenoble, octubre 2002
(apaïste = de l'Association pour l'Autobiographie)
Réaction à la lecture du Fil du Milieu d’une lectrice rencontrée lors des journées de l’Association pour l’Autobiographie tenues à Ambérieu-en-Bugey , en mai 2002.
Chère Maribel,
Chère amie,
Je pense que vous n'avez pas du recevoir le mail que je vous ai envoyé –de mon bureau- jeudi dernier et j'en suis désolée. J'étais en cours de lecture de votre texte et je viens seulement de le terminer (j'ai du à mon retour d'Ambérieu, donner la priorité à un travail personnel d'écriture et j'ai donc attendu une semaine pour commencer la lecture du "Fil du Milieu") et je crois que j'ai fait durer le plaisir. Votre texte m'a complètement embarquée et je ne vous ai pas quittée depuis que j'ai commencé à vous lire.
Je veux vous remercier du fond du cœur pour le cadeau de cette lecture. Je vous avoue que je ne m'attendais pas à une aventure aussi passionnante -mais lorsque je vous ai entendu parler de ce travail j'en ai eu une grande curiosité- moi aussi j'aurais aimé en parler avec vous, ce n'est pas rien de confier un texte aussi personnel à quelqu'un que l'on ne connaît pas.
Mais il est temps maintenant de le faire - et j'ai failli plusieurs fois aujourd'hui décrocher le téléphone pour vous parler de vive voix. Vous remercier pour le bonheur de lire un si beau récit . Je ne peux pas vous en dire plus immédiatement faute de disponibilité mais je voulais tout de suite vous rassurer, vous remercier et vous dire que je reprends contact demain...et que la lecture de votre texte m'a beaucoup impressionnée. Impossible de vous oublier !
Avec gratitude et amitié
Catherine
Finalement je peux continuer a vous parler maintenant. Vous dire, un peu dans le désordre, ce qui m'a particulièrement marquée dans le Fil du Milieu.
D'abord la manière dont vous vous êtes totalement immergée dans la recherche de votre histoire familiale. J'ai trouvé très palpitant de vous suivre pas à pas dans la découverte progressive des indices et des informations ainsi que d'assister à l'arrivée en scène de chacun des vos "relais d'information" qui deviennent vite bien plus que cela, des personnes qui ont une place déterminée dans cette saga familiale. Il est d'ailleurs remarquable que leur nom donne l'intitulé des chapitres du livre, et que chaque rencontre apparaisse comme une histoire dans l'histoire, à la manière des contes orientaux (il m'est arrivé de penser à
Quête des origines qui se transforme donc peu à peu en quête initiatique, et l'abondance des "signes du destin" (synchroncités étonnantes, troublantes même pour un esprit rationnel) pourrait donner un côté romanesque à ce livre, mais j'avoue que pour ma part j'ai été très sensible à ce tissage de paroles de femmes à la recherche du secret- qui dans la plus grande partie du livre semble être attaché au naufrage d'Elias, et qui se révèle, au delà de cet évènement fondateur, encore plus profond puisqu'il concerne le manque originel, la mère perdue et l'amour qui a manqué.
Vous avez su conduire le récit de telle sorte que le lecteur ne puisse vous lâcher en route- on va de rebondissement en rebondissement jusqu'au bout du texte. Mais j'ai aussi beaucoup apprécié la qualité des êtres qui sont sur votre chemin, et la qualité des relations que vous avez su nouer avec chacun d'entre eux...
C'est un récit foisonnant- bonne idée d'avoir fait un tableau généalogique et un récapitulatif des positions familiales de chacun- qui est aussi un beau travail sur l'exil- et j'ai bien sur été touchée par ce que vous dites à la fin de votre texte sur votre propre nostalgie. Il y a toujours un autre pays, n'est-ce pas ? C'est aussi un document historique extrêmement éclairant sur les mouvements de migrations vers l'Amérique.
Enfin, et c'est peut-être là le plus important, c'est une quête de soi-même (et pas seulement identitaire) un véritable travail de reconnaissance – et toute la question des noms me semble centrale - en particulier le fait que vous ayez pris le pseudonyme de Maria London (ou repris votre nom d'origine ?).
Je ne sais pas si mon tout premier mail vous est finalement parvenu- je vous disais que j'aimerais beaucoup pouvoir faire lire ce récit à des amis qui s'intéressent au travail intergénérationnel (central évidemment pour vous )- et vous demandais la permission de faire une copie de ce texte. Mais sachant que vous souhaitez le faire éditer, il n'est peut être pas souhaitable que ce texte circule et je comprendrais tout à fait que vous ayez ce point de vue. A la limite, je vous y encourage et en même temps j'aimerais vraiment que d'autres personnes de mes connaissances puissent le lire !
Merci encore Maribel. Ce que je dois encore vous dire c'est que vous lire m'a fait du bien et m'a permis de reconsidérer ma propre histoire familiale sous un autre jour. J'aimerais reparler de tout cela avec vous de vive voix. En tous cas vous connaître a travers ce récit a été pour moi une très belle rencontre.
El desierto de Atacama, en el Norte Grande de Chile, se impone al viajero cuando deja la triste ciudad costera de Chañaral y toma la Panamericana rumbo al Norte. Al terminar la subida de la Cordillera de la Costa, el viajero descubre el comienzo de la inmensidad. A diferencia de los desiertos de arena, donde todo es susceptible de cambiar según el capricho de los vientos, en Atacama es la grandeza inalterable del paisaje que provoca la admiración e invita al recogimiento. La mirada puede detenerse en una colina cercana o bien perderse en el lejano horizonte donde reinan las inalcanzables cumbres nevadas de los Andes. Por momentos admiramos con asombro interminables planicies cubiertas de piedras extrañas, de tamaños y aspectos diferentes, venidas de ninguna parte, expuestas allí, eternas. El suelo es firme, seco, sin el más mínimo asomo vegetal. Ninguna vida orgánica perturba el silencio y la inmovilidad. De día, el paisaje se viste de tonos ocres, variando entre matices rosados, amarillentos y azulados, y de los tonos blanquecinos de sus salares, incomparables éstos en extensión y sequedad. Es una belleza mineral, inspirada por los elementos primarios. De noche, el desierto inmóvil toma vida cósmica y se deja admirar por el cielo estrellado y amar por la luna, cuando viene a descansar en tan bella inmensidad.
Nunca he permanecido una noche en el desierto, pero mi espíritu lo hace con frecuencia. En medio de la más infinita soledad, encuentra la eternidad. Renace ante la idea de ser una piedra entre las piedras, ante la idea de ser, simplemente. De estar allí, por la eternidad, expuesto a la mirada de las estrellas, más allá del deseo, más allá de la vida y de la muerte.
Le désert d'Atacama, au Nord du Chili, s'impose au voyageur lorsqu'il quitte la triste ville côtière de Chañaral et qu'il emprunte la route panaméricaine vers le nord. Dès qu'il finit les lacets qui montent
A l'inverse des déserts de sable, où tout semble pouvoir changer selon les caprices des vents qui déplacent les dunes et modifient les formes, ici, c'est ce coté immuable qui force à l'admiration, sinon au recueillement. Le regard peut se poser sur une colline proche ou bien se perdre dans l'horizon lointain, là où règnent les inaccessibles cimes enneigées des Andes. Par moments, nous admirons, étonnés, d'immenses étendues couvertes de pierres de toutes tailles, pierres venues de nulle part, étalées là, éternelles. Le sol est ferme, sec, sans un brin d'herbe. Aucune vie organique ne vient perturber le silence et l'immobilité.
Le jour, le paysage se vêt de tons ocre, allant des roses aux jaunes, ainsi que du ton blanchâtre de ses lacs salés, incomparables en étendue et aridité. C'est une beauté minérale, inspirée par les éléments primaires. La nuit, le désert immobile s'élève jusqu'au cosmos pour se laisser admirer par le ciel étoilé et être aimé par la lune lorsqu'elle vient se reposer dans une si belle immensité.
Je n'ai jamais passé une nuit au milieu du désert, mais mon esprit le fait souvent pour moi. Au milieu de toute cette aridité, il trouve l'éternité. Il se ressource à l'idée d'être un caillou parmi les autres, à l'idée d'être, simplement. D'être là, pour l'éternité exposé au regard des étoiles, au-delà du désir, au-delà de la vie et de la mort.