Français? ¿Español?

Que el idioma desconocido no te amedrente. Bajando por la columna de la izquierda, después de mis libros y antes de otras rúbricas, se pueden leer textos míos. Algunos están en castellano, otros en francés, otros en ambos idiomas.

N’ayez pas peur de la langue inconnue. En descendant par la colonne de gauche, après mes livres, après les critiques, et avant d'autres rubriques, il y a des textes que j'aime partager. Ils sont tantôt en français, tantôt en espagnol, tantôt dans les deux langues. Je ne sais pas faire autrement.

mardi 20 décembre 2016

Lanzamiento de la novela Piedras Blancas



En la  Librería del GAM, Santiago, 17 de noviembre 2016


Texto de presentación del juez Juan Guzmán (leído por Pedro Sánchez).


Texto de presentación de Vivian Lavín, conductora del programa de literatura y cultura "Vuelan las Plumas" de Radio Universidad de Chile.


Buenas tardes,
Quisiera agradecer a todos los que ayudaron para que el libro Piedras Blancas exista y para que este lanzamiento sea posible.
Quisiera agradecer en particular a mi esposo por su paciencia y apoyo permanentes; a Jorge Magasich, historiador y autor de “Los que dijeron “No”, historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973”, por su interés, sus valiosos consejos y su prólogo; a mi cómplice de escrituras, Mario Labrín, por haberme incentivado a publicar cuando leyó el manuscrito en agosto pasado (no estaba decidida a hacerlo).
A mi editora María Eugenia Lorenzini, por su gentileza y profesionalismo, por haberme escrito el 5 de septiembre que quería editar mi libro, “aprovechando mi viaje”, y a todos sus colaboradores de editorial Forja, por el esfuerzo enorme de sacar el libro en tan poco tiempo. 
A Mélanie Sustersic por el dibujo de la portada. A Mauricio Hasbún, por haberme prodigado algunos consejos sobre la manera de proceder en Chile para un escritor.
Agradezco al juez Juan Guzmán, por ser quien es, por ser como es, por haberme hecho el inmenso honor de brindarme su amistad. Además de haber aceptado presentar el libro, me puso en contacto con los editores Berta Concha y Pedro Sánchez de Liberalia, a quienes también agradezco. Berta me ofreció generosamente su apoyo para este libro, “en lo que sea”; le pidió a la maravillosa Vivian Lavín, conductora del programa de literatura y cultura "Vuelan las Plumas" de Radio Universidad de Chile, que sea la segunda presentadora. Agradezco a Vivian Lavín por haber aceptado. Gracias a Berta Concha y a Pedro Sánchez hoy estamos en la librería del GAM. Agradezco a Pedro Sánchez por haber prestado su voz para leer el texto de presentación del juez Guzmán.
Agradezco a Patricio Lanfranco por su entusiasmo y su fuerte apoyo.
Agradezco a Ana Becerra, presidenta de la Fundación por la Memoria de San Antonio, por su interés. Ojalá este libro ayude en su lucha por preservar los lugares de memoria asociados al Tejas Verdes.
Agradezco a todos los presentes por el esfuerzo de haber venido. En fin, agradezco a los que están conmigo y que no pudieron venir


Les voy a hablar de lo que me motivó a escribir Piedras Blancas.
La magnitud y gravedad de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por las dictaduras de los años 70 en América Latina, y en particular en Chile, me hacen sentir un horror comparable al que me habita desde la adolescencia por los crímenes de los nazis.
Estos últimos años me tocó vivir dos historias extraordinarias en relación a lo anterior.
La primera, fue que alguien, en casa de Mario Labrín, acá presente, ponga en mis manos un testimonio mayor e inédito del holocausto, testimonio de una fuerza pasmosa de uno de los pocos sobrevivientes de la revuelta de Treblinka, y me pida ayuda para buscarle un editor, lo que hice consciente de la misión excepcional que era la mía. La segunda historia extraordinaria que me tocó vivir fue todo lo que sucedió después de haber tenido la iniciativa de traducir, subtitular y hacer conocer en Francia el documental El Juez y el General de Patricio Lanfranco y Elizabeth Farnsworth.
Buscando reseñas del “El último judío” de Chil Rajchman, libro que fue publicado en Francia en el año 2009, y luego en todos los idiomas más conocidos, descubrí un artículo sobre la tortura de la filósofa francesa Catherine Perret, a quien le escribí y con quien comenzamos a intercambiar. Su artículo se llamaba “Sauver sa peau“ (salvar el pellejo). Le comenté ciertas reflexiones de Gabriel Salazar sobre una manera de resistir a la tortura que ella no mencionaba en su artículo. Lamenté no poder compartir con ella, no entiende el español, el libro Una Mujer en Villa Grimaldi de Nubia Becker, creo que no hay testimonios literarios mayores de víctimas del holocausto escritos por mujeres.
El 12 de septiembre del año 2013, día de la proyección en la Maison de l’Amérique Latine en Paris, del documental El Juez y el General, en presencia del juez Juan Guzmán, Catherine Perret me llevó de regalo su libro La enseñanza de la tortura, que acababa de ser publicado. Allí ella analiza lo que está en juego durante la tortura para los victimarios.
Cuando leí El despertar de los Cuervos de Javier Rebolledo, en el año 2014, todo confluyó: Tejas Verdes era el lugar de la Enseñanza de la Tortura de Catherine Perret, la escuela de la tortura, con sus instructores y sus “alumnos”. La idea de escribir en torno al punto de vista de los victimarios se impuso con fuerza. Una cosa es querer escribir sobre un tema, otra es hacerlo, y les confieso que  por muchas razones que no voy a detallar, fue muy difícil.
Para no caer en la trampa de identificarme con estos siniestros personajes, decidí limitarme a buscar el momento inicial, allí donde todo empieza para el país pero también para los individuos y centrar el relato entre el 10 de septiembre y mediados de octubre de 1973. Traté de escribir sobre el instante en el que se atraviesa el umbral de la trasgresión.
Escribí Piedras Blancas tratando de responder a ciertas preguntas, o por lo menos de formularlas:
¿Hasta qué punto la actitud de ciertos civiles sirvió como justificación para que los golpistas se sintieran mandatados a hacer todo lo que hicieron? ¿Cómo fue que algunos hombres decidieron instaurar la tortura en Chile como método para alcanzar sus objetivos? ¿Cómo lograron imponerla durante largos años en nuestro país? Conocer las respuestas podría ayudar a evitar que esto se repita.
Otras preguntas
¿Cómo fueron capaces de ir tan lejos en el horror? (antes de ejecutar ciertas torturas, alguien las imaginó, se atrevió a proponerlas a otros, se tuvieron que poner de acuerdo entre ellos, prepararlas…)
¿Cómo se veían o se ven los victimarios a sí mismos?,  ¿qué sabían de ellos sus familias?
¿Cómo reaccionaban los jóvenes oficiales a quienes les enseñaban a torturar?, ¿tenían la opción de rechazar?, ¿qué pasó con ellos después?
Espero que mi libro logre suscitar estas y otras interrogaciones en los lectores.
La memoria, la verdad y la justicia son esenciales, muchos de los acá presentes, luchan por ellas, pero también es necesario entender los mecanismos que conducen a seres humanos, en Chile y en muchos lugares, a transgredir los valores tácitos que fundan la humanidad.
Muchas gracias