“Piedras
Blancas” y los torturadores, la nueva novela de María Isabel Mordojovich
A través de
esta novela, la Chilena María Isabel Mordojovich nos hace sumergirnos, en torno
al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, en el horror de una escuela de
tortura destinada a formar a jóvenes oficiales. Luego, en una segunda parte, la
autora aborda las reacciones de familiares de los militares, madre, esposa, que
no habían visto nada, sabido de nada. Ella es una de los doce escritores
invitados a las próximas Bellas Latinas en octubre del 2018.
Las primeras páginas nos
propulsan entonces en torno al 11 de septiembre de 1973: jóvenes oficiales y sub-oficiales
están reunidos con el terrible mayor Dávila. Estos jóvenes compartían el ideal
del militar chileno: servir a la Patria, pelear y morir por la Patria; ¡se le
pide aprender a torturar por la Patria!
La autora los observa, analiza
sus reacciones, trata de captar la estupefacción que se apodera de ellos, sus
dudas, sus angustias: basándose en ejemplos bien elegidos, crueldad revelada en
la acción, remordimiento o perversidad, saca a la luz variados aspectos del
alma humana inmersa en circunstancias excepcionales. Reconstituye el pasado de
cada uno, nos da las herramientas para entenderlos, pero nunca los juzga, ni
los justifica,
Elabora un perfil sicológico
aterrador de sus jefes, un trío de perversos, sádicos, dignos de los peores
nazis; éstos repiten sin cansarse a los agentes que deben tener dos vidas
opuestas, en el exterior y en las salas de tortura. Los mantienen bajo su poder
y los inducen a cometer las peores abyecciones. Nos muestra igualmente a cuatro
víctimas con sus historias antes del infierno, sin eludir el horror. Por ejemplo,
en escenas de tortura descritas con un realismo sin tapujos, pone frente a
frente víctimas y victimarios. Dos militantes, Alvaro y la joven Blanca, de
quince años en ese momento, sacada de su colegio ante decenas de testigos,
violada durante días y días, terminarán exiliados en París, físicamente
destruidos.
Y, en una segunda parte, la
autora aborda treinta años más tarde las reacciones de familiares de los
victimarios. Con la misma técnica que con los militares, hace hablar a ciertas
madres, a esposas que no entienden, que les cuesta creer lo que se descubre de
su hijo, de su esposo. Los jueces trabajan pero se interrogan sobre la
complexidad de la naturaleza humana. El interrogatorio de uno de los oficiales
nos permite descubrir las reflexiones y el espanto del juez ante un tal ser. La
manera de pensar de un capellán que ayudaba y reconfortaba a los militares nos
hiela la sangre. El testimonio de víctimas sobrevivientes que lograron salir
adelante, sobrepasar la pesadilla y continuar a vivir nos muestra su relativa
victoria ante sus victimarios.
No se puede dejar este libro sin hablar de un personaje interesante
exterior a la tortura, que aparece al principio y al final. Ricardo, hombre de
dineros, empresario, que busca el enriquecimiento personal y que no interviene
en política, se lava las manos de los horrores perpetrados por los militares,
no se siente concernido ni responsable, pero se alegra cínicamente de haber hecho
fortuna gracias a la dictadura. Es el prototipo de los empresarios que tiraron
los hilos, utilizaron a todos, atribuyendo la responsabilidad de lo sucedido en
partes iguales a los militares enceguecidos por el odio y a “los fanáticos
subversivos”. Allí están los verdaderos
responsables no castigados, buitres en la sombra del poder, que supieron
manipular a políticos y a militares, y que existen en todas las épocas y en
cualquier parte del globo.
Esta ficción entonces,
inspirada en hechos y en lugares reales, en testimonios citados en los complementos,
aborda de manera muy original e inteligente el horror de esta dictadura
tratando este tema doloroso desde el punto de vista de los aprendices
torturadores durante los primeros días después del golpe de Estado y de sus
profesores en el arte de aterrorizar y de romper resistencias. ¡Opción
literaria arriesgada, pero exitosa! El juez Juan Guzmán Tapia (que inculpó a
Pinochet) no se equivocó: escribió el prefacio del libro.
Louise LAURENT, 4 de abril
2018
Piedras Blancas, de María Isabel Mordojovich, ediciones Ovadia, 2018,
Francia
Piedras Blancas, de María London, ediciones
Forja, 2016, Chile
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